Debemos tener claro que la transformación digital llegó para quedarse, es una realidad la cual se aceleró en el marco de la pandemia. Días atrás se celebraron dos grandes exposiciones “La revolución de la economía digital” en Argentina y el “7mo Encuentro de Emprendedores y mipymes” en Uruguay.
En ambos encuentros se trató el tema de la aceleración de los cambios y la necesidad de las organizaciones para ponerse “al día” si querían seguir existiendo. Hemos visto que muchas empresas y personas han volcado su actividad mediante las redes sociales y en algunos casos mediante páginas web. Pero todo este cambio no es sencillo y trae aparejados impactos de diferentes índoles. Las ventas son el ejemplo más claro: Martin Zarich expone que 5 años atrás vendía el 5% de sus productos mediante canales digitales, al comenzar el aislamiento ese valor trepó al 60%, y sólo unos meses después ya ronda el 70% de sus ventas. Esto marca un hecho importante, y es que el cliente se adaptó más rápido que las empresas, y exige cada vez con mayor celeridad poniendo a las empresas en verdaderos aprietos a la hora de cumplir estas expectativas.
Esto genera una presión sobre las empresas para que mejoren su desempeño mediante la utilización de software, tanto para gestionar sus ventas, clientes y la administración en general. En términos generales y para la realidad de varias empresas es cierto y ya están listas para poder comenzar este camino, es más, deberían emprender ese camino. Pero no es la realidad de todas las mipymes del Uruguay.
Para simplificar, las empresas pueden verse como un triángulo, compuesto por Personas, Procesos y Tecnología. La revolución digital ejerce presión sobretodo en un extremo, en la tecnología, pero al modificar uno indudablemente se impacta sobre los otros. Entonces ¿cómo sobrellevar un cambio de esta índole? Según Zarich es necesario contar con una organización ágil, que trabaje en equipo y en forma transversal en función de los proyectos priorizados. Esta afirmación pone de manifiesto que, para afrontar como corresponde esta transformación, se requiere fundamentalmente de las personas, así como de los procesos que estas llevan a cabo.
Como reflexión final, diremos que desde NUVA no pretendemos desalentar la transformación digital, todo lo contrario: la consideramos fundamental para las empresas del hoy y del mañana. Sin embargo, sí queremos remarcar que las organizaciones son Personas y Procesos que se apoyan en la Tecnología y no al revés, esto no debemos olvidarlo. Las personas y los procesos son los que tendrán a su cargo el funcionamiento de la empresa y de la implementación de cualquier cambio que se quiera realizar, entre ellos la transición hacia lo digital. Ellos serán los responsables del éxito o el fracaso de la tan ansiada transformación digital. Por eso entendemos imprescindible destacar que las organizaciones se deben preparar, adecuar sus procesos, realizar la gestión del cambio en conjunto con su equipo humano, y realizar una debida gestión del proyecto que representa en sí mismo la transformación digital.
CYNTHIA NUÑEZ
04/09/2020